Las enfermedades del cereal en invierno son ese conjunto de patologías originadas por insectos y hongos en diferentes especies que suelen cultivarse en territorio nacional como pudiera ser el trigo, la cebada, triticale, el centeno, etc. Patologías muy diversas con distinto grado de deterioros y daños económicos.
Un mal que, en ocasiones está asociado a la siembra precipitada y temprana del producto sobre la que se puede combatir simplemente con retrasar las tareas de sembrado a la primera quincena de noviembre. Evitando así el ciclo evolutivo de algunas de las especies que provocan los efectos de las enfermedades de los cereales.
Desde Agraria San Antón queremos detallar algunas de las plagas más peligrosas que afectan a las cosechas de cereales. Además de señalar sus protagonistas, resaltaremos sus fatales consecuencias.
Principales plagas y enfermedades del cereal de invierno
El mosquito del trigo, las larvas del zabro y los céfidos
El mosquito del trigo es uno de los insectos que puede combatirse mediante las siembras tardías. Su saliva corroe y adelgaza la corteza del tallo.
Las larvas del zabro atacan las hojas, sobre todo las del trigo y la cebada, durante la noche. Por otra parte, es posible eliminarlas, tanto de manera preventiva como curativa, mediante insecticidas y tratamientos a las semillas.
Los céfidos y tronchaespigas se caracterizan por la introducción de sus larvas en el tallo, donde sus procesos de alimentación provocan cortes destructivos. Afectan a los cereales anteriormente citados y al triticale. Vale la pena, cuando se ha localizado esta amenaza, no volver a sembrar directamente los anteriores cultivos, enterrar los rastrojos – con la intención de acabar con las larvas- y rotar la cosecha.
El pulgón tempranero, los chinches, gusanos y babosillas del trigo
Las infecciones tempraneras del pulgón provocan el enanismo amarillento de la cebada, tanto en sus zonas aéreas como en las radiculares. Si esta resulta más tardía que en otoño-invierno, puede salvarse la planta. Por tanto, además del uso de químicos, recomendamos las siembras tardías con una climatología más fresca.
Los chinches también afectan especialmente a trigo y cebada. Dañan los granos e inyectan una enzima que, al acabar con el gluten, genera un sabor y un olor reconocibles.
El gusano de la espiga, por su parte, mina primero las hojas y cuando sus larvas van creciendo, pasan a alimentarse también de los granos.
Las babosillas del trigo se han extendido con gran rapidez por nuestro país. Se van comiendo las hojas, lo que, al influir en la fotosíntesis de las plantas, supone una notable disminución del rendimiento productivo de los cultivos.
Hongos
Por último, especial atención merecen las enfermedades que pueden causar los hongos. Estos se desarrollan en unas condiciones particulares de humedad y temperatura. Afectan, por ejemplo, a esa mayoría de terrenos de secano que forman parte de la superficie cultivada española. Las patologías más frecuentes suelen catalogarse en función de las zonas afectadas, como la base del tallo, el cuerpo del tallo, las hojas y las semillas.
Por otro lado, se han localizado especies alóctonas con genes muy resistentes, una de las consecuencias del cambio climático. Y en cuanto a los tratamientos fungicidas de mayor potencia, podemos decir que solo deben utilizarse en situaciones críticas y siempre en el marco de la Gestión Integrada de Plagas (GIP).
En Agraria San Antón somos especialistas en semillas certificadas, secaderos de maíz y cereales. Fertilizantes sólidos y líquidos.