Antes de la venta de semillas certificadas de cereales, empresas del sector agroalimentario como Agraria San Antón realizamos diversas tareas fundamentales para que estos productos lleguen a los proveedores y clientes en unas condiciones óptimas. Entre ellas el denominado secado de granos.
Se trata de unos trabajos que, con el transcurso del tiempo y la aplicación de las nuevas tecnologías al sector primario, se han ido haciendo más sofisticados. De hecho, se trata del primer proceso que se realiza en las instalaciones de este tipo, después de que hayan llegado a ellas los granos que previamente han recolectado los agricultores.
Sin duda, el secado de granos constituye una fase fundamental en la certificación del producto que saldrá de estas industrias agroalimentarias. Una fase previa a las de la limpieza, de la clasificación y del almacenamiento. Por este orden.
A continuación, analizamos sus características principales.
La importancia del secado de granos para conseguir una buena venta de semillas certificadas de cereales
Los granos de los distintos cereales (avena, trigo blando, triticale, cebada, maíz…), que tan importantes son para nuestro día a día, tienen propiedades higroscópicas. Nos referimos a que regulan sus niveles de humedad en función de los del ambiente que les rodea.
Sin embargo, en numerosas ocasiones y por distintas ocasiones, se recolectan los granos cuando todavía contienen un porcentaje de agua superior al deseable. Este hecho implica diversas complicaciones. Parte de los granos no resistirá los procesos mecanizados y se perderá. Se producirá una mayor contaminación en los cultivos. Y los ataques de insectos y ácaros, y la germinación estará más lejana.
Por consiguiente, el secado de los granos se revela como imprescindible para que pueda continuar el proceso que acabará en la comercialización de las semillas.
Del aire libre al secadero de cereales: las técnicas
Las técnicas para secar los cereales, como hemos adelantado, han ido progresando a lo largo, sobre todo, del pasado siglo y del actual. No obstante, en función del nivel de desarrollo de las explotaciones agrícolas, todavía conviven en la misma época las técnicas prácticamente ancestrales y las más modernas. En las siguientes líneas exponemos sus claves.
En primer lugar, destacamos las técnicas que se realizan de manera natural. Estas tienen un indudable valor tradicional, pero dependen de los rigores de la meteorología.
Técnicas manuales
A grandes rasgos, remarcamos dos métodos:
– En el campo: en una superficie que controle el agricultor, como una era.
– En un solárium: se trata de una terraza o un patio interior que se utiliza para el fin de secar los granos. Se puede cubrir cuando la climatología sea desfavorable para los objetivos pretendidos.
Si el tiempo acompaña, se secará el grano de forma natural, pero también hemos de contar con que tanto la meteorología como el propio proceso retrasan el resultado buscado.
Técnicas artificiales
Las técnicas más efectivas, por otro lado, son las que emplean máquinas de aire. A continuación, las resumimos:
– Secado a bajas temperaturas: se lleva a cabo con un aire natural que ha sido ligeramente calentado. Es lento, pero acredita su eficiencia energética y el producto resultante es de calidad.
– Secado a altas temperaturas: el aire empleado se calienta más grados (10 ºC). Por lo que aumenta la rapidez del proceso. No en vano esta técnica se utiliza en las grandes explotaciones.
– Combinado: mezcla de aires como los utilizados en las anteriores técnicas.
– Secado por aireación: se detiene el proceso de la máquina cuando el grano ha llegado a una humedad del 16-18 %. Entonces será trasladado a un silo de enfriamiento.
Contar con un secadero de cereales y las máquinas secadoras implica realizar una inversión importante. Vale la pena, por tanto, evaluar detenidamente la eficiencia de las instalaciones y la maquinaria.
En definitiva, conviene poner medios para gestionar en condiciones óptimas esta fase clave para producir semillas certificadas.
En Cooperativa Agraria San Antón disponemos de 2 secaderos de granos capaces de secar 2.500 Tm diarias. Uno de ellos, de vapor y acero inoxidable, apto para trabajar a bajas temperaturas, es utilizado exclusivamente para el maíz waxy y las pipas de girasol.